Desde 1969 SOMEC ha sido un aliado de mi casa y de mi familia. Gracias a la apuesta visionaria de, entre otros, los doctores Hernando Castro, Álvaro Gaitán y Alberto Amaris se creó la Cooperativa Multiactiva de Profesionales SOMEC, para ayuda, soporte y apoyo de médicos y profesionales afines inicialmente y que con el tiempo fue ampliando su cobertura hasta alcanzar lo que es hoy en día.
Para mi familia y para mí, SOMEC significa muchas cosas. Fue y ha sido nuestro aliado, nuestro apoyo en momentos difíciles, el soporte en las situaciones adversas y la certeza de contar con un amigo.
Somos una familia de 7 hermanos, todos profesionales en diferentes disciplinas. No me equivocaría al decir que casi todos estudiamos en prestigiosas universidades gracias a los siempre oportunos préstamos educativos que gestionaba mi mamá, mínimo dos veces al año. La facilidad para solicitarlos, los pocos documentos requeridos, la celeridad con que se estudiaban y la rapidez con que se recibía lo solicitado, hizo que ninguno tuviera que recurrir a otro tipo de crédito para financiarse. Mensualmente, de manera religiosa, mi mamá, aunque ama de casa era junto con mi papá socia fundadora y a la vez la encargada de estos temas en el hogar, iba a SOMEC a pagar la cuota. Creo que en el fondo era también una sabrosa rutina, pues le encantaba hablar con Alicia y con las personas que la atendían con tanta amabilidad y cariño cuando iba a las oficinas.
Si por alguna razón había un “extra” como ella lo llamaba, me preguntaba si yo tenía cupo disponible en SOMEC. Yo solicitaba el préstamo y normalmente lo tomaba a corto plazo, para tener esa opción disponible para otra emergencia. Mi primer carro lo compré con uno de esos préstamos. Mi hermana, también asociada, pagó las cuotas faltantes del suyo de la misma forma.
Años más tarde, en 1998, se me ofreció comprar 4 tiquetes para un viaje urgente al exterior. La situación económica del país era compleja y nuestra familia no era ajena a esa coyuntura, pero al averiguar en la Agencia de Viajes me ofrecieron comprarlos a crédito, lo que acepté encantada. Creo que no olvidaremos esa experiencia de vida tan importante para mis hijos y para nosotros.
Hace ya varios años estuve en una reunión como ésta acompañando a mi mamá y al Dr. Jorge Michelsen Rueda (ambos ya fallecidos), que fueron beneficiados con el Auxilio Mutual que hoy con tanta alegría y agradecimiento voy a recibir.
Todos mis seguros los tengo con SOMEC, desde el SOAT hasta el exequial, pasando por los de mi casa y mi carro. Pago las cuotas con tranquilidad y con la certeza de saber que el día que deba hacer un reclamo, no tendré inconveniente.
Por último, quiero compartir una situación donde supe, aunque sintiera que se me habían cerrado las puertas, que SOMEC me abriría generosamente un ventanal. Tengo una enfermedad ocular que requiere un tratamiento muy costoso, y que inicialmente mi EPS y la Prepagada no me querían cubrir, a pesar de haber elevado una tutela y haberla ganado. Tuve que pagar las primeras inyecciones. En ese momento se había estimado que serían alrededor de 20 dosis, hoy llevo 68…venciendo la vergüenza de solicitar ayuda, dirigí una carta a la Junta Directiva exponiendo mi situación y solicitando colaboración mientras los trámites legales surtían efecto. Una semana más tarde recibí una llamada para que retirara el Auxilio por Calamidad que me otorgaba SOMEC. No sé qué me conmovió más: si sentir que la mano amiga de SOMEC estaba siempre tendida y atenta o la generosidad con que mi petición fue estudiada y aprobada.
Por todo esto, solo me resta decir con el corazón: ¡GRACIAS, SOMEC!
María de la Paz Serpa Fonnegra, MD
Junio 3 de 2022